Iniciamos 2012 con el anuncio de las medidas de recorte previstas por el nuevo Gobierno de España para, supuestamente, salir de la crisis.
Suponemos que más de una cabeza pensante del Partido Popular ya habrá calculado el desastre de poner al Banco de España a emitir de nuevo la peseta como plan B. Una salida nefasta, que no es descartable suceda si todo lo que se inicia ahora finalmente fracasa, como ya fracasó la política económica del anterior Gobierno Socialista sostenida en la iniciada por el Partido Popular a base de liberalización del territorio y ladrillo.
España lo es de los españoles, no sirve a los intereses de una élite política que se perpetúa así misma, ni se merece que nos digan la verdad solo a medias, que es lo mismo que mentir, solo dicen la parte de verdad que interesa para seguir haciendo lo que quieran unos y otros. Los que pagan esta política en el corto plazo son los ciudadanos y en el tiempo el sistema democrático, cada vez más debilitado a la vista de que no hay más iniciativa regeneradora en este momento que la de "más de lo mismo", sin saber si el gobernante de turno sube o baja por las escaleras del poder como hace ahora 73 años.
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