15/8/17

Posicionamiento PLIE Balear respecto del 1 de Octubre. La manga ancha para los nacionalistas y la traición al pueblo balear.

Representamos una iniciativa política pro balearista, porque solo respaldaremos las iniciativas que vengan propuestas de manera rotunda y sin ambages por parte del pueblo balear. No obstante, la inminente celebración del referendum ilegal en Cataluña requiere de posicionamientos claros. A continuación exponemos el nuestro:
Los liberales somos la antítesis, lo opuesto al nacionalismo, de tal forma que las personas están siempre antes que las banderas y los territorios.
El arraigo del catalán en Baleares no es responsabilidad única de los políticos, los primeros a los que señalar como causantes, sino también de la clase funcionarial instalada en la Administración educativa de manera perenne y que ha hecho de la educación un negocio económico y electoral que ha convertido a Baleares en moneda de cambio.
Nuestra propuesta política es clara: los Ayuntamientos en los que gobierne el PLIE Balear en 2019 se comunicarán en balear y castellano desde el día siguiente al de las elecciones, devolviéndole así al Balear su prestigio como idioma.
El Balear puede ser considerado idioma por un conjunto de razones, tanto históricas, filológicas como sociológicas; pero la más importante es que el 80% de los Baleares lo reconoce como la lengua usada por el pueblo, por lo tanto también hay una razón política que le otorga esa categoría. Nadie ha calculado que el referendum ilegal independentista en Cataluña traería consecuencias para Baleares, forzados como estamos en este momento, por haberse consentido esta situación, a decidir entre Cataluña o España.
Ya adentrados en el tiempo de la Conquista de Baleares, las tropas de los ejércitos que conquistaron el que sería nuestro Reino contaban con personas de diferente habla romance, entre las que, en absoluto, podían prevalecer las de habla catalana, entre otras cosas porque Cataluña en el momento de la conquista de Baleares, por Jaime I, de 1.229 a 1.231, no existía. Por lo tanto, Académicos de la RAE nos recuerdan que las tropas de los ejércitos que conquistaron baleares tenían entre sus filas a catalanes que se sumaron como Condados al Reino de Aragón junto con los valencianos. No al revés.
Lo importante es que, de manera sincrónica, Baleares ya existía y llegó a ser un Reino como Valencia y Aragón, con fronteras territoriales y que también estableció sus propias fronteras lingüísticas. Hoy vivimos la imposición de unas fronteras territoriales artificiales, denominadas Países Catalanes, que no existen, y de la imposición de una visión catalanizada de nuestra Historia y cultura, que no se corresponde con la realidad.
La discriminación positiva es un invento socialista que supone una contradicción in termini, pues la discriminación es nefasta por sí misma, ya sea en positivo o en negativo. De esta manera, si seguimos los mismos argumentos que se utilizan hoy en día para justificar el apoyo al catalán como lengua débil respecto del castellano, con más motivo se debería fomentar el balear. No obstante, este argumento de la discriminación positiva ha sido utilizado únicamente para justificar la subvención del dinero estatal y de la propia Comunidad Autónoma, como liberales creemos que la identidad le pertenece al pueblo que lucha por ella.
La estrategia del dominio catalanista está sustentada en la necesidad de considerar a la lengua vernácula de Baleares, la balear, como una lengua de segunda clase o de inferior categoría. La Historia, como decimos, produce sus efectos y trae consigo los cambios que hacen que la lengua catalana gane prestigio por encima de la balear, lo cual no quiere decir que la lengua balear no se haya conseguido mantener viva, gracias a la tradición oral en las Islas Baleares.
Cataluña siempre ha considerado la lengua catalana de primera, mientras que la lengua balear para ellos es de segunda, como una lengua de menor valor cultural, lingüístico e histórico, reconduciendo su existencia a meras modalidades dialectales del catalán, lo que ha permitido políticas de normalización lingüística en aras de conseguir la denominada falsamente unidad de la lengua. En realidad, el término unidad siempre ha encubierto, como ahora podemos comprobar claramente, un verdadero anhelo de uniformización de la lengua catalana, de tal manera que, al final, y como efecto práctico de su imposición o dominio, lo que ha sucedido, como no puede ser de otra manera, es que se sacrifica la lengua balear, que se encuentra en estos momentos en serio riesgo de pasar a ser una lengua muerta por estos motivos anexionistas.
Lo que pedimos como foralistas es lo mismo que piden los catalanes respecto del catalán (que se escriba el balear, que se estudie y que se use).
La gramática cada vez es más descriptiva, recoge cómo habla la gente, y menos normativa. Los diccionarios cada vez más recogen términos que son con los que hablan y se entiende la gente.
Por lo tanto, estamos en un momento moderno en el que ya no se considera que haya una lengua de más o menos prestigio, sino que la gramática empieza a recoger lo que habla la gente, guardando siempre una coherencia. No es que cada uno escriba como habla, el balear es lo que guarda, su coherencia, el salat y otro tipo de características. Por lo tanto, no puede criticarse, desde una visión moderna de la evolución de la lengua en Baleares, que cada uno escriba como habla, máxime cuando la tradición en Baleares, insistimos, ha sido la oral. De hecho podría hasta discutirse la conveniencia de fijar gramaticalmente la lengua balear, crear un estandar balear recopilatorio de las gramáticas existentes e incluso desviarse completamente de los usos catalanes utilizando los propios. Todas ellas son cuestiones científicas, pendientes de desarrollar por los filólogos.
Si no se ha hecho hasta ahora este trabajo árduo es porque los filólogos e historiadores han sido pagados únicamente para que justifiquen la imposición de la lengua catalana sobre la balear y las distintas asociaciones culturales han estado fuertemente politizadas en sus cúpulas directivas, dividiéndose entre sí para favorecer paradójicamente a los mismos partidos que provocaron esta situación de traición al pueblo por puro utilitarismo electoral, fundamentalmente PP y PSOE. Está claro que un andaluz no escribe como habla, lo diferencian perfectamente.
Desde nuestro punto de vista científico, no se ha dado el paso del uso de la lengua oral al uso de la lengua escrita en Baleares, porque se lo ha impedido el decir que no existe una gramática normativa que rige el uso escrito, con lo que de escribirse coge el uso del catalán. Esto no es cierto, puesto que sí que existen gramáticas baleares, no una, sino varias. Los defensores de la lengua catalana, de hecho, emplean postulados de dominio de una lengua en según qué ambitos de uso propios de otros estadios evolutivos de la lengua anteriores. Podemos decir que, al mismo tiempo que se fija la lengua, esta se detiene.
Respecto de las gramáticas de Baleares, al igual que algunas gramáticas mallorquinas, como la del Sr. Amengual, proceden de momentos fijos de nuestra historia y deben, igualmente, quedar sometidas a la actualización propia del acontecer histórico reciente en las Islas Baleares (ya no estamos en una sociedad puramente agraria). Es más, la evolución que se podría haber seguido hacia el balear y no hacia el catalán la estamos defendiendo unos pocos, si bien cada día somos más y contamos con la legitimidad del pueblo que, pese a quien le pese, habla en balear y no en catalán.
La lengua nunca debe ser empleada como arma política o arma arrojadiza, todos los insultos y desprecios no caben en un ámbito relacionado íntimamente con la educación de cada cual.
Los catalanistas observan las similitudes entre el balear y el catalán, que evidentemente son muchas debido a las influencias culturales, pero no respetan las diferencias. En realidad lo único que nos diferencia como lengua de uso propia es la práctica, que no debe perderse.
Desde ese punto de vista y como partido a favor de las libertades lingüísticas de uso en las Comunidades Autónomas bilingües, sometidas a estos problemas pero que en Baleares cuenta con esta especial problemática del cisma balear-catalán, consideramos que la lengua de uso es la balear, no la catalana. Darle un reconocimiento estatutario a la balear, como ha sucedido en Valencia, puede hacerse al margen de la opinión de la Universidad, instalada como está en este asunto en la Edad Media.
Por lo tanto, un posicionamiento en defensa del balear y contrario a esa imposición nacionalista y catalanista en particular es legítimo, dado que los nacionalistas no valoran los momentos de desfragmentación lingüística, que dan lugar a diferenciaciones entre el balear y el catalán, mientras sí que hacen hincapié en las similitudes utilizando a filólogos al servicio de la lengua catalana para ello y desprestigiando a la balear, como ya hemos visto claramente que sucede y porqué.
La realidad en las Islas Baleares, en el año 2017 y desde 1984, es que cualquier persona que quiera aprender los denominados modismos y frases hechas, refranes populares, no tienen a nadie que se los enseñe, hechas las correspondientes excepciones surgidas últimamente de la mano de las Asociaciones balearistas, dignas de agradecer. Desde luego los nacionalistas no están por esa labor y caen en la incongruencia de llamar modismos a la lengua que no puede aprenderse, ni cogerse de la cultura de transmisión oral de los progenitores en el caso de los exclusivamente castellano parlantes. Esto significa que hay que favorecer la transmisión también de esa lengua propia, autóctona, la balear. Y hay que defenderla en la transmisión escrita y a ese nivel de educación. De lo contrario lo que gana es la estandarización y se pierde la riqueza de la diversidad.
La evolución natural del balear es la transmisión oral. Si Ud. como gobernante impone los informativos de IB3 en catalán está matando el balear. Está impidiendo la comunicación en la lengua vernácula en cada una de nuestras islas.
Entre otras cosas ese cambio viene por haber utilizado el catalán como un arma arrojadiza política, así que ahora entendemos que quienes han impuesto sus tesis sin miramientos asuman las consecuencias de esos comportamientos. La modernidad mira estos problemas ajena a los movimientos intestinos por el poder de clases, algo que se nos escapa porque lo importante y moderno, desde nuestro punto de vista, es respetar y educar en los valores democráticos del respeto, también en defensa de las minorías, que no por serlo están desprovistas de razón científica y legitimidad.
La razón y la legitimidad son poderosas armas que a través del convencimiento pueden convertir a las corrientes minoritarias en mayoritarias. Es por este motivo que creemos firmemente que, en el medio y corto plazo, las Islas Baleares querrán huir de las tesis separatistas e independentistas de los Países Catalanes y se reafirmarán, de manera natural e inequívoca, en su encaje con España.