Ha sido mucho más interesante que el primero, repetitivo en algunas cosas que ya se dijeron entonces. Menos importantes las formas porque todos sabíamos el guión.
Desde mi punto de vista han existido dos partes bien diferenciadas, una primera en la que el ganador ha sido Zapatero y una segunda en la que Rajoy ha vencido en todos los campos, no por ser mejor, sino por llevar razón.
Paso a paso:
1ª parte del debate:
Rajoy ha vuelto a empezar con gran serenidad y dando explicaciones convincentes sobre economía y control de la inmigración. Zapatero en el inicio se ha mostrado nervioso, si bien ha resuelto bastante bien la situación: ha aguantado bien el tipo en materia de inmigración y políticas sociales; pero sobre todo lo ha hecho mejor al tratar sobre Política Exterior y Seguridad, una materia donde han cambiado los papeles y ha sido Rajoy quien se ha puesto nervioso al hablar sobre Iraq. Rajoy le ha criticado a Zapatero lo que ha hecho como Presidente sin aportar nuevos argumentos a los que ya empleara en el anterior debate, lo mejor se lo reservaba para la segunda parte.
Rajoy ha demostrado capacidad para ser buen gobernante, en algunas ocasiones Zapatero parecía más vivo; pero en realidad no se aportan ideas nuevas, sólo se observan estrategias.
Rajoy también ha banalizado la Alianza de Civilizaciones, la Ley de Memoria Histórica y ETA, ha sabido hacer valer que fue el PP quien iniciara muchas infraestructuras que ahora ha terminado el PSOE, pésimo en materia de ejecución de comunicaciones.
2ª parte del debate:
Lo mejor:
Rajoy habla de España, de la unidad, no de autonomías frente a un discurso de Zapatero dirigido constantemente a la obtención del apoyo nacionalista. El PSOE no tiene clara la mayoría absoluta y se reitera en más de lo mismo. Rajoy convence mucho más porque no se dirige sólo a Andalucía, Cataluña y País Vasco como Zapatero, lo hace en conjunto y sitúa bien los criterios de política lingüística y respeto entre los propios españoles. Zapatero en ésto acude a la trampa nacionalista, sabe que los apoyos posteriores a las elecciones vendrán muy condicionados por lo que se haya dicho, más que por lo que se vaya a hacer, como siempre las palabras se las llevará el viento, en ésto ha sido muy elocuente Rajoy, al señalar que las Leyes no vienen acompañadas de las medidas económicas necesarias para su correcto desarrollo.
Lo mejor de Rajoy lo hemos visto en Educación, ha reconocido que lo más importante es la educación porque al hablar de educación se habla de futuro.
Zapatero no puede rebatir que en su mandato ha subido todo, no sólo el suelo o la vivienda, sino también la luz, el gas, el agua... promete desaladoras, Rajoy dice que emanan CO2, no sé entonces qué hace el PP de Baleares que en su reciente etapa de gobierno defendía a ultranza su implantación. En fin, una cosa es el discurso del líder y otro lo que hacen los partidos en la realidad, en ésto ambos conocen el deber ser.
Conclusión: este debate lo ha perdido España porque todo apunta, como decíamos en los comentarios de la mañana del día 3 de marzo a que ante una victoria ajustada del PSOE se vuelva a negociar con separatistas y nacionalistas, más de lo mismo para los próximos cuatro años y más radicalización. La movilización del sector dormido de la ciudadanía española es muy necesaria para contrarrestar estas estrategias que no aportan más que críticas y descalificaciones personales. De ahí que, aunque muchos no hayan visto sólido a Zapatero le sigan apoyando, porque la soberbia no debe acompañar al buen gobernante y menos a quien aspira a serlo, por Rajoy.
Lo peor:
- Que Rajoy tirara los papeles al suelo de lo que ya había tratado - si habla de orden ¿porqué no demuestra mayor organización?
- Que Zapatero interrumpiera constantemente a Rajoy, teniéndole la moderadora que llamar la atención en un promedio de 4 a 1 con respecto a Rajoy.
- Que Rajoy haga constantes acusaciones y críticas personalizadas en Zapatero, y no entre partidos, que hubiera sido lo oportuno.
- Que el debate haya sido más de lo mismo de lo que ya se ha vivido en España en los últimos años y que no se haya hablado de futuro, que es lo que les interesa a los españoles.
- Que ambos candidatos se enzarzaran en una discusión banal sobre cuál fue la primera pregunta de Rajoy a Zapatero en el Congreso de los Diputados. Cuando los asesores le han pasado el texto de esa pregunta a Rajoy en el intermedio éste ha reaccionado bien, le ha dado pie para encarar mejor una segunda parte del debate que ha ganado sobradamente. No es suficiente para él, porque la primera parte ha dado una imagen a la ciudadanía de nerviosismo de ambos líderes que va a ser difícil de corregir en lo que resta de campaña. La puerta para otros partidos políticos nuevos está abierta, el bipartidismo está mostrando serias y graves fisuras.