Representamos una iniciativa
política pro balearista, porque solo respaldaremos las iniciativas que vengan
propuestas de manera rotunda y sin ambages por parte del pueblo balear. No
obstante, la inminente celebración del referendum ilegal en Cataluña requiere
de posicionamientos claros. A continuación exponemos el nuestro:
Los liberales somos la antítesis,
lo opuesto al nacionalismo, de tal forma que las personas están siempre antes
que las banderas y los territorios.
El arraigo del catalán en
Baleares no es responsabilidad única de los políticos, los primeros a los que
señalar como causantes, sino también de la clase funcionarial instalada en la
Administración educativa de manera perenne y que ha hecho de la educación un
negocio económico y electoral que ha convertido a Baleares en moneda de cambio.
Nuestra propuesta política es
clara: los Ayuntamientos en los que gobierne el PLIE Balear en 2019 se
comunicarán en balear y castellano desde el día siguiente al de las elecciones,
devolviéndole así al Balear su prestigio como idioma.
El Balear puede ser considerado
idioma por un conjunto de razones, tanto históricas, filológicas como
sociológicas; pero la más importante es que el 80% de los Baleares lo reconoce
como la lengua usada por el pueblo, por lo tanto también hay una razón política
que le otorga esa categoría. Nadie ha calculado que el referendum ilegal
independentista en Cataluña traería consecuencias para Baleares, forzados como
estamos en este momento, por haberse consentido esta situación, a decidir entre
Cataluña o España.
Ya adentrados en el tiempo de la
Conquista de Baleares, las tropas de los ejércitos que conquistaron el que
sería nuestro Reino contaban con personas de diferente habla romance, entre las
que, en absoluto, podían prevalecer las de habla catalana, entre otras cosas porque
Cataluña en el momento de la conquista de Baleares, por Jaime I, de 1.229 a
1.231, no existía. Por lo tanto, Académicos de la RAE nos recuerdan que las
tropas de los ejércitos que conquistaron baleares tenían entre sus filas a
catalanes que se sumaron como Condados al Reino de Aragón junto con los
valencianos. No al revés.
Lo importante es que, de manera
sincrónica, Baleares ya existía y llegó a ser un Reino como Valencia y Aragón,
con fronteras territoriales y que también estableció sus propias fronteras
lingüísticas. Hoy vivimos la imposición de unas fronteras territoriales
artificiales, denominadas Países Catalanes, que no existen, y de la imposición
de una visión catalanizada de nuestra Historia y cultura, que no se corresponde
con la realidad.
La discriminación positiva es un
invento socialista que supone una contradicción in termini, pues la
discriminación es nefasta por sí misma, ya sea en positivo o en negativo. De
esta manera, si seguimos los mismos argumentos que se utilizan hoy en día para
justificar el apoyo al catalán como lengua débil respecto del castellano, con
más motivo se debería fomentar el balear. No obstante, este argumento de la
discriminación positiva ha sido utilizado únicamente para justificar la
subvención del dinero estatal y de la propia Comunidad Autónoma, como liberales
creemos que la identidad le pertenece al pueblo que lucha por ella.
La estrategia del dominio
catalanista está sustentada en la necesidad de considerar a la lengua vernácula
de Baleares, la balear, como una lengua de segunda clase o de inferior
categoría. La Historia, como decimos, produce sus efectos y trae consigo
los cambios que hacen que la lengua catalana gane prestigio por encima
de la balear, lo cual no quiere decir que la lengua balear no se haya
conseguido mantener viva, gracias a la tradición oral en las Islas Baleares.
Cataluña siempre ha
considerado la lengua catalana de primera, mientras que la lengua balear
para ellos es de segunda, como una lengua de menor valor cultural,
lingüístico e histórico, reconduciendo su existencia a meras modalidades
dialectales del catalán, lo que ha permitido políticas de normalización
lingüística en aras de conseguir la denominada falsamente unidad de la lengua.
En realidad, el término unidad siempre ha encubierto, como ahora podemos
comprobar claramente, un verdadero anhelo de uniformización de la lengua
catalana, de tal manera que, al final, y como efecto práctico de su imposición
o dominio, lo que ha sucedido, como no puede ser de otra manera, es que se
sacrifica la lengua balear, que se encuentra en estos momentos en serio
riesgo de pasar a ser una lengua muerta por estos motivos anexionistas.
Lo que pedimos como foralistas es
lo mismo que piden los catalanes respecto del catalán (que se escriba el
balear, que se estudie y que se use).
La gramática cada vez es más
descriptiva, recoge cómo habla la gente, y menos normativa. Los diccionarios
cada vez más recogen términos que son con los que hablan y se entiende la
gente.
Por lo tanto, estamos en un
momento moderno en el que ya no se considera que haya una lengua de más o menos
prestigio, sino que la gramática empieza a recoger lo que habla la gente,
guardando siempre una coherencia. No es que cada uno escriba como habla, el
balear es lo que guarda, su coherencia, el salat y otro tipo de
características. Por lo tanto, no puede criticarse, desde una visión moderna de
la evolución de la lengua en Baleares, que cada uno escriba como habla, máxime
cuando la tradición en Baleares, insistimos, ha sido la oral. De hecho podría
hasta discutirse la conveniencia de fijar gramaticalmente la lengua balear,
crear un estandar balear recopilatorio de las gramáticas existentes e incluso
desviarse completamente de los usos catalanes utilizando los propios. Todas
ellas son cuestiones científicas, pendientes de desarrollar por los filólogos.
Si no se ha hecho hasta ahora
este trabajo árduo es porque los filólogos e historiadores han sido pagados
únicamente para que justifiquen la imposición de la lengua catalana sobre la
balear y las distintas asociaciones culturales han estado fuertemente
politizadas en sus cúpulas directivas, dividiéndose entre sí para favorecer
paradójicamente a los mismos partidos que provocaron esta situación de traición
al pueblo por puro utilitarismo electoral, fundamentalmente PP y PSOE. Está
claro que un andaluz no escribe como habla, lo diferencian perfectamente.
Desde nuestro punto de vista
científico, no se ha dado el paso del uso de la lengua oral al uso de la lengua
escrita en Baleares, porque se lo ha impedido el decir que no existe una
gramática normativa que rige el uso escrito, con lo que de escribirse coge el
uso del catalán. Esto no es cierto, puesto que sí que existen gramáticas baleares,
no una, sino varias. Los defensores de la lengua catalana, de hecho, emplean
postulados de dominio de una lengua en según qué ambitos de uso propios de
otros estadios evolutivos de la lengua anteriores. Podemos decir que, al mismo
tiempo que se fija la lengua, esta se detiene.
Respecto de las gramáticas de
Baleares, al igual que algunas gramáticas mallorquinas, como la del Sr.
Amengual, proceden de momentos fijos de nuestra historia y deben, igualmente,
quedar sometidas a la actualización propia del acontecer histórico reciente en
las Islas Baleares (ya no estamos en una sociedad puramente agraria). Es más,
la evolución que se podría haber seguido hacia el balear y no hacia el catalán
la estamos defendiendo unos pocos, si bien cada día somos más y contamos con la
legitimidad del pueblo que, pese a quien le pese, habla en balear y no en
catalán.
La lengua nunca debe ser empleada
como arma política o arma arrojadiza, todos los insultos y desprecios no caben
en un ámbito relacionado íntimamente con la educación de cada cual.
Los catalanistas observan las
similitudes entre el balear y el catalán, que evidentemente son muchas debido a
las influencias culturales, pero no respetan las diferencias. En realidad lo
único que nos diferencia como lengua de uso propia es la práctica, que no debe
perderse.
Desde ese punto de vista y como
partido a favor de las libertades lingüísticas de uso en las Comunidades
Autónomas bilingües, sometidas a estos problemas pero que en Baleares cuenta
con esta especial problemática del cisma balear-catalán, consideramos que la
lengua de uso es la balear, no la catalana. Darle un reconocimiento estatutario
a la balear, como ha sucedido en Valencia, puede hacerse al margen de la
opinión de la Universidad, instalada como está en este asunto en la Edad Media.
Por lo tanto, un
posicionamiento en defensa del balear y contrario a esa imposición nacionalista
y catalanista en particular es legítimo, dado que los nacionalistas no
valoran los momentos de desfragmentación lingüística, que dan lugar a diferenciaciones
entre el balear y el catalán, mientras sí que hacen hincapié en las similitudes
utilizando a filólogos al servicio de la lengua catalana para ello y
desprestigiando a la balear, como ya hemos visto claramente que sucede y
porqué.
La realidad en las Islas
Baleares, en el año 2017 y desde 1984, es que cualquier persona que quiera
aprender los denominados modismos y frases hechas, refranes populares, no
tienen a nadie que se los enseñe, hechas las correspondientes excepciones
surgidas últimamente de la mano de las Asociaciones balearistas, dignas de
agradecer. Desde luego los nacionalistas no están por esa labor y caen en la
incongruencia de llamar modismos a la lengua que no puede aprenderse, ni
cogerse de la cultura de transmisión oral de los progenitores en el caso de los
exclusivamente castellano parlantes. Esto significa que hay que favorecer la
transmisión también de esa lengua propia, autóctona, la balear. Y hay que
defenderla en la transmisión escrita y a ese nivel de educación. De lo contrario
lo que gana es la estandarización y se pierde la riqueza de la diversidad.
La evolución natural del balear
es la transmisión oral. Si Ud. como gobernante impone los
informativos de IB3 en catalán está matando el balear. Está impidiendo la
comunicación en la lengua vernácula en cada una de nuestras islas.
Entre otras cosas ese cambio
viene por haber utilizado el catalán como un arma arrojadiza política, así que
ahora entendemos que quienes han impuesto sus tesis sin miramientos asuman las
consecuencias de esos comportamientos. La modernidad mira estos problemas ajena
a los movimientos intestinos por el poder de clases, algo que se nos escapa
porque lo importante y moderno, desde nuestro punto de vista, es respetar y
educar en los valores democráticos del respeto, también en defensa de las
minorías, que no por serlo están desprovistas de razón científica y
legitimidad.
La razón y la legitimidad son poderosas armas que a
través del convencimiento pueden convertir a las corrientes minoritarias en
mayoritarias. Es por este motivo que creemos firmemente que, en el medio y
corto plazo, las Islas Baleares querrán huir de las tesis separatistas e
independentistas de los Países Catalanes y se reafirmarán, de manera natural e
inequívoca, en su encaje con España.
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