11/12/08

El trabajo y la educación de calidad, dos pilares que se derrumban por la crisis y por la desmotivación de los alumnos.

La crisis llega hasta las aulas, muchos escolares no llevan a clase todo el material escolar, sus familias en paro no han podido comprar todos los libros. Salvo excepciones de los alumnos que muestran interés en cursar estudios, un buen número se muestra apático o no cree en las posibilidades de trabajo que le ofrece el sistema. Esta situación hace temblar el pilar educativo, fundamental en el desarrollo de una sociedad culta y preparada. Nada más lejos, en pocos años España padecerá otro grave síntoma que hará más acuciante si cabe la desesperación que ya tienen sobre sí muchas familias.
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¿Quiénes han sido los responsables del agotamiento económico de las familias de clase media?
¿A qué modelo obedece el debilitamiento de las clases medias y a quién le interesa su desmotivación?
¿Para quién hacemos política, para un grupo de amigos, para quitar al de turno y ocupar su puesto o para el interés general?
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Los políticos están atados de manos, demasiados intereses en juego antes de tomar una decisión. De acuerdo en que se han hecho muchas mejoras -parejas a la inestabilidad- y que los índices de anafabeltización no son los de antes; pero el frenazo en la calidad de la educación hará retroceder lo construido generacionalmente, no se trata de la inversión del Estado en esta materia -una mentalidad típicamente socialista- sino de lo que los padres no pueden ya aportar en la educación de sus hijos, mucho más directo y sobre todo menos clientelar y menos dirigido doctrinariamente. Los límites en la educación no son sólo económicos, tienen que ver con los valores y su actual decadencia.
Los padres y medios de comunicación también tienen su parte de responsabilidad en ésto, asumen hoy la realidad o tendrán parte de culpa mañana. Lo que marca la diferencia en la educación de calidad es la motivación del alumno y lo que se ha perdido, el gran problema que padece el sistema educativo, es la desmotivación generalizada del alumnado. Ése es el grave problema educacional que soportamos y que atañe, directamente, a la economía de las familias y a la falta de incentivos que se produce en su seno.
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El déficit educacional, una gran ola de pasos atrás y frustación que se nos viene encima. Las medidas gubernamentales de incentivo a la educación llegarán a partir de 2009, la inexistencia de planes académicos estables se extiende desde 1.989.

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