25/4/09

El dato del paro (EPA-17% en España) desborda cualquier previsión y le allana el camino a un PP que no merece aún ser alternativa de gobierno.


A pesar del moderado optimismo internacional que observa señales de recuperación económica en los próximos seis meses, la verdad es que en España el daño ya está hecho. Hemos sido testigos de la fragilidad del espejismo económico que nos crea expectativas por encima de nuestra naturaleza y de nuestra verdadera capacidad. Ni el gobierno español ni la oposición saben gestionar un momento crítico para millones de españoles que dependen de la recuperación económica internacional más que de las medidas y alternativas estructurales de crecimiento que su propio país les pueda ofrecer en el corto plazo. Habremos aprendido la lección o seguiremos un camino circular, sin salida, que repetirá este escenario cíclicamente a partir de ahora, sin garantías de estabilidad y equilibrio económico sostenible. No es menos cierto que las políticas iniciadas en el 96, que han ofrecido prosperidad económica en los últimos años, han sido en buena parte las que han generado la grave situación de crisis y desgobierno que padecemos. El PSOE ha continuado desde 2004 estas políticas, lo que sitúa al PP y al PSOE como responsables de la crisis y, en consecuencia, son quienes deberían sacarnos de ella. Sin embargo, en lugar de liderar estos partidos la situación se han limitado a esperar a que otros países nos arrastren a más de lo mismo. Por su parte, IU recrudece ahora su discurso, tras meses de silencio, al observar la oportunidad de un importante trasvase de votos de los trabajadores que han radicalizado sus posturas al soportar los efectos de la crisis. El problema doméstico económico español no está solucionado, el modelo de crecimiento económico de los últimos quince años está agotado y el sistema político de equilibrio de intereses que lo ha permitido, también. Los liberales hacemos falta en España.

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