27/3/13
22/3/13
Blanquerna será peatonal: el colofón del despropósito.
El actual equipo de gobierno municipal (PP) considera que existe consenso suficiente como para peatonalizar definitivamente la calle Blanquerna de Palma de Mallorca. El interés de los negocios situados en los bajos comerciales para que fuera transitada y se pudiera aparcar suscitó en su momento el serio dilema entre continuar abierta al tráfico o hacerla peatonal. Pues bien, ahora ya solo le falta al equipo municipal volver a instaurar los tramos rectificados por la polémica de carril bici del anterior consistorio (PSOE) para que Palma vuelva a ser la suma de despropósitos de la última legislatura, justificados éso sí porque se trata de decisiones políticas.
Ahora todos se pliegan a un supuesto consenso que no es tal, orquestado como está por las organizaciones vecinales del todo politizadas para hacer ver que los comerciantes están de acuerdo en su mayoría y no es cierto, los comerciantes han venido teniendo cotas de rechazo a la peatonalización total de Blanquerna del orden del 80% desde que se iniciara para ellos este particular viacrucis por el gobierno socialista y que ahora consuma el gobierno del PP.
Tal para cual, PP y PSOE de acuerdo porque dicen suman entre ellos el mayor número de consenso en la calle, como si el bipartidismo fundara decisiones políticas satisfactorias para la ciudadanía por el mero hecho de alcanzar el acuerdo entre estos partidos políticos, la cura a todos los males.
Tradicionalmente PP y PSOE han estado enfrentados durante la democracia y cuando la ciudadanía les exigía esfuerzos de pacto no se avenían porque primaba entonces el resultado electoral por encima de la lógica ciudadana.
Ahora que se ven sin salida y ya tarde, el resultado de esta forma de hacer política es el mismo que está sucediendo a otros niveles de gobierno, nefasto. Los apoyos de una supuesta mayoría de ciudadanos que respaldan la toma de decisiones de los gobiernos municipales han perjudicado seriamente hasta ahora la seguridad de los peatones y continuará perjudicando en el futuro la economía de la zona, que no podrá soportar el coste para sus negocios de la peatonalización total, digan lo que digan los PPSOE.
17/3/13
Las Islas Baleares a la deriva nacional catalanista
No extraña a nadie que los medios de comunicación en Cataluña (TV3) se hagan más eco del nacimiento del partido nacional catalanista (El Pí) en Baleares que los propios medios locales.
Este interés de Cataluña por todo lo que suceda en Baleares ya es histórico. Recordemos que la Coalició per les Illes, CxI, una corriente integrante de este nuevo partido político catalanista en Baleares (El Pí) es la heredera de la disuelta, que no extinta, Unió Mallorquina, U.M., partido que ya fuera integrante de la denominación nacionalista (GALEUSCA).
Los contactos políticos del Pí en Cataluña y el soporte nacional catalanista está garantizado para ellos, si bien se compone su ejecutiva principalmente de figuras políticas que ya han tenido su cuota de protagonismo en el Partido Popular, de donde se desligaron por divergencia en cuestiones internas.
Este impulso nacional catalanista no es nuevo en Baleares, donde existen muchos intereses ligados a la deriva independentista de Cataluña. Se justifica pues la existencia de estos partidos para que las Islas Baleares tengan un comportamiento idéntico al de Cataluña, para que entren en definitiva en el juego político catalanismo vs españolismo.
De hecho, no deja de ser curioso que, al tiempo que este partido vuelve a campear por los mismos intereses de la antigua U.M. en Baleares se haya registrado el Ayuntamiento de Calvià, uno de los más ricos de Europa, en busca de documentación que sirva a la acusación de Carlos Delgado, quien fuera Alcalde del Municipio y, en la actualidad, Conseller de Turismo del Govern Balear.
Más allá del recorrido que puedan tener las investigaciones, no es menos cierto que el daño por la mera sospecha de corrupción ya está hecho para la idea que ha representado Carlos Delgado dentro del Partido Popular, de corriente españolista en Baleares enfrentada al nacionalismo catalanista.
Las Islas Baleares, por tanto, se quedan sin nadie que represente el liderazgo necesario para reivindicar unas Islas Baleares que encajan de manera natural en España y no en los Países Catalanes.
Mientras los nacional catalanistas en Baleares reorganizan sus filas, el ciudadano Balear sigue esperando su alternativa política real a Partido Popular y Partido Socialista, dos columnas resquebrajadas que han cedido al juego político del nacionalismo y que han perdido la credibilidad ante sus respectivos electorados, no tanto por este juego de intereses, sino por los casos de corrupción que no paran de aflorar en unas y otras filas mientras los españoles padecen la crisis económica más grave de la democracia.
La alternativa a esta situación no puede ser más de lo mismo, el juego del interés por el poder y el dinero, porque si hay algo que la Sociedad Balear y Española tiene ya claro es que se debe seguir creyendo en la Política; pero con partidos políticos que de verdad aporten aire fresco a la democracia, ajenos a esta manera de hacer las cosas.
El Proyecto Liberal Balear, PLIB-PLIE aspira a la representación de estas ideas centradas, desde la moderación política y el liberalismo humanista que necesitan las Islas Baleares y España para liderar nuestro avance hacia un futuro inteligente, ya que entendemos que el modelo político de representación y esta forma de acción política, tal y como la hemos conocido hasta ahora, está abocada al fracaso de empeñarse en querer seguir defendiendo un sistema agotado que sirva al poder y al dinero y no a los ciudadanos.
11/3/13
9/3/13
La gestión hídrica de Mallorca.
Ya está editado el libro "La gestión hídrica de Mallorca" escrito por Joan Pericàs Beltran, una persona comprometida con la verdad y la conservación de la Naturaleza en nuestras Islas. Sus importantes estudios hidrológicos desvelan el mítico secreto de "Ses Fonts Ufanes", explica por qué los acuíferos se contaminan debido a las malas prácticas de cómo se llevan a cabo los sondeos y hace un repaso sobre la inoperancia e ineficacia de la Administración Pública en estos temas tan importantes para los Baleares. Algunos políticos todavía en activo no salen bien parados ante la crítica irónica y bien fundamentada del autor. Un libro imprescindible para los mallorquines que iremos desgranando.
El filibusterismo político en Baleares
Los que utilizan la lengua del pueblo balear para imponer subliminalmente su propia ideología conservadora tendrán que comprender que solo hay un partido político en Baleares que defiende la lengua del pueblo, el Proyecto Liberal, pero que no comparte sus radicalismos conservadores, propios del Partido Popular más radical.
Seguiremos defendiendo la lengua balear porque son ellos los que tienen que apoyar al Proyecto Liberal si quieren que, en este punto concreto, de verdad se cambien las leyes nacionalista-catalanistas en Baleares, y no al revés.
Lo demás es seguir haciéndole el juego al Partido Popular en Baleares, un juego hipócrita que dura ya más de treinta años y que está teniendo como consecuencia la mayor vergüenza que puede soportar el pueblo balear, que los partidos que se alternan en el gobierno hayan vendido como fenicios la verdadera identidad balear a Cataluña.
Esta corriente interna del Partido Popular está condenada al fracaso, pues desde siempre han sido mantenidos en el ostracismo, en tiempos de Matas hasta apartados de la imagen pública del partido popular en Baleares con el que mantienen una relación más propia de un reducido grupo de presión. Su radicalismo no es atractivo para el voto y el Partido Popular huye de exhibir esta vertiente. Su lucha dentro de ese partido está condenada al fracaso, lo cual es verdaderamente triste, pues es cierto y verdad que la bandera tribarrada debería ser la que ondeara en las Instituciones por voluntad democrática mayoritaria del pueblo balear. Solo el pueblo que lucha por su verdadera identidad la merece.
Esta corriente interna del Partido Popular está condenada al fracaso, pues desde siempre han sido mantenidos en el ostracismo, en tiempos de Matas hasta apartados de la imagen pública del partido popular en Baleares con el que mantienen una relación más propia de un reducido grupo de presión. Su radicalismo no es atractivo para el voto y el Partido Popular huye de exhibir esta vertiente. Su lucha dentro de ese partido está condenada al fracaso, lo cual es verdaderamente triste, pues es cierto y verdad que la bandera tribarrada debería ser la que ondeara en las Instituciones por voluntad democrática mayoritaria del pueblo balear. Solo el pueblo que lucha por su verdadera identidad la merece.
8/3/13
1/3/13
27/2/13
Baleares y Cataluña no tienen por qué compartir un mismo camino.
Es inaudito que tanto PP como PSOE se irroguen ser la imagen de lo que es España, como si los españoles no fueran mucho más que lo que representan ellos ideológicamente como PPSOE.
Que no asocien su propia división interna, por Carmen Chacón, la fractura política, al camino o al destino de España.
El problema de la independencia de Cataluña no es real, es artificial, una creación de los políticos que encuentran en ésto serias divergencias entre su origen y la deriva que han tomado -principalmente el PSOE y PSC- y que es un camino que no es, ni mucho menos, el de la mayoría de catalanes.
Si muchos catalanes desean ahora la independencia es como un justo castigo, precisamente, a la nefasta gestión económica de los partidos de corte estatal, fallos que son bien aprovechados por los partidos nacionalistas. Pero de ahí a deducir que realmente se quiera una independencia real hay mucha diferencia, pues una gran mayoría de catalanes únicamente desea paz social, seguridad jurídica y prosperidad económica formando parte, de manera natural, como están en este momento de España.
En Baleares los partidos nacionalistas y socialistas son minoritarios, no pueden influir en Cataluña. Lo mismo le pasaría al PSC, que sería minoritario porque quienes una vez le dieron su confianza lo hicieron por lo que significaba el PSOE a nivel nacional.
Cuando el PSOE nacional ha fracasado el PSC quiere distanciarse para mejorar sus resultados electorales en Cataluña, lo cual a la vista de cómo se manejan estos intereses no beneficia a nadie de ese partido, aquejado como está de la misma falta de regeneración interna que tiene en estos momentos el edificio democrático de España por culpa de su terrible gestión, en la que priman los intereses partidistas antes que los de los propios españoles.
Carmen Chacón lo tiene muy difícil, entre otras cosas porque quiere representar a quienes están dispuestos a transitar ese camino separatista pero a sabiendas de que no se llevará a término realmente, es decir, sacar provecho electoral para el PSC a través de las divergencias con su propio partido nacional. Exprimir el limón que es lo que toca ahora, vigente como está el tema por la extralimitación de los nacionalistas en sus pretensiones.
Le cuesta mantener a Carmen Chacón la coherencia, porque ella misma ha formado parte de la estructura nacional de su partido, de ahí las ambigüedades y el abstencionismo con el que se maneja. En definitiva, tanto Carmen Chacón en Cataluña como Aina Calvo aquí en Baleares han querido utilizar la vertiente nacionalista de sus respectivos partidos nacionales instalando en la más clara confusión a los electores que tradicionalmente habían venido teniendo una idea de un PSOE de corte estatal, el de los tiempos de Felipe González y que ahora, precisamente por estas prácticas electoralistas ya no existe con el riesgo que conllevan, además, estos juegos electorales.
El PSOE ha confundido estar cerca del pueblo y lo que el pueblo quiere con querer ser más nacionalista que los propios nacionalistas en ocasiones para ganar votos, lo cual le pasará una factura electoral que pagarán durante muchas elecciones ya que son ellos mismos, junto con el PP, quienes han participado de este juego cuando así les ha interesado y ahora no tienen legitimidad para reconducir esta situación a la estabilidad política, a la gobernabilidad de España a la que decía entonces que contribuía Jordi Pujol.
Cuando los partidos políticos se distancian de su origen, transitando caminos que no son para lo que fueron constituídos pierden su autenticidad y la credibilidad ante el pueblo al que han gobernado.
Cuando los partidos políticos se distancian de su origen, transitando caminos que no son para lo que fueron constituídos pierden su autenticidad y la credibilidad ante el pueblo al que han gobernado.
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