La modificación 9/2007 de la L.O. de Régimen Electoral General, a pesar de que reconoce en su preámbulo la necesidad de adaptar la Ley a la casuística, según la experiencia adquirida en los diversos procesos electorales, se muestra incompleta a la hora de controlar el correcto ejercicio del voto por correo que ha estado bajo sospecha en las últimas elecciones autonómicas y municipales en las Islas Baleares por su espectacular incremento, no justificado. Se recurre a la tecnología en busca de eficiencia y garantiza el secreto del voto presencial para invidentes, los que no sepan leer o discapacitados, además de facilitarlo para aquéllos que ejerzan determinadas profesiones en el exterior de España; pero no corrige la suspicacia que ha provocado en las Islas Baleares la supuesta y, finalmente no probada, compra fraudulenta de votos por correo. La especial observancia en esta materia es la única garantía para que los ciudadanos, además de conocer con prontitud la difusión de los resultados, confíen en el sistema democrático que nos hemos dado todos, evitando así su deterioro y la frustración que producen este tipo de noticias en tiempo electoral, ahora es el momento de hacer bien las cosas.
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