27/8/08

Aquí las cosas siempre se han hecho así.


¿Le suena? es el soniquete con el que un gran número de personas, por lo general a quienes no les importa que nada cambie porque todo está bien, despiertan cada mañana. Deberíamos preguntarnos más bien por qué seguimos haciendo en política las cosas igual o de la manera en que creemos que funciona cuando está más que demostrado y ahora a las claras que buena parte de estas políticas se han encauzado únicamente a estratificar para favorecer a unos cuantos y olvidamos, porque siempre se ha hecho así, que tal vez se podrían hacer de otra manera. Hemos perdido la oportunidad de recuperar la calma Mediterránea, el estado de ánimo tranquilo y lento que siempre ha sido una seña de identidad de las Islas Baleares. Nos preocupa la Historia, la tradición, las costumbres, la lengua, la forma de hacer y llamar a las cosas; pero lo que hemos perdido en las Islas Baleares es mucho más profundo, se ha perdido el "ser auténticos".

El enfoque turístico de los años 60, 70 y 80, los más prósperos y creativos, tenía que ver con impulsar un sistema económico del que todos se beneficiaban de alguna manera. Hoy, el todo incluido por ejemplo reduce las expectativas de la oferta complementaria, del pequeño comercio, de quienes han vivido aunque sea inderactamente del turismo. Así, se ha terminado por favorecer sólo a los hoteleros y constructores que implementan sistemas propios de otras latitudes, nada que ver con estas Islas del Mediterráneo. Quienes así opinan, piensan que lo que tenemos es progreso y no se dan cuenta, o sí pero les interesa sólo a ellos, de que lo que hemos conseguido es otro lugar tan pobre que sólo tiene dinero. En las Islas, lo que necesitamos es un cambio hacia un nuevo paradigma que renuncie a la cantidad para obtener la calidad y la cualidad, la renovación de nuestra naturaleza Mediterránea.

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