25/4/11

Decir "bajar los impuestos" es electoralista y demagógico.



Que un partido político diga que va a bajar los impuestos es, de algún modo, engañar al posible votante, ya que la información es incompleta.
Una Administración que esté en déficit no puede bajar los impuestos de hoy para mañana por lo siguiente:
Déficit significa que cada mes hay más gastos que ingresos. Si se bajan los impuestos los ingresos son menores con lo que se crea mucho mas déficit. En una empresa privada a ésto se le llamaría pérdida. Estas pérdidas o este déficit actualmente se está sufragando o bien emitiendo deuda, lo que conlleva que cada vez el ciudadano está mas endeudado y que cada vez está pagando más intereses, o bien que no se paga a los proveedores y acreedores, con lo que también el ciudadano sigue teniendo una deuda.

Con esta última medida no sólo sigue existiendo esa deuda, sino que además se va ahogando poco a poco a las empresas que prestan servicios a las administraciones públicas y que muchas de ellas no pueden soportar por lo que se ven avocadas a despidos de su plantilla e incluso al cierre total de dicha empresa.

Se están dando casos en los que empresas viables están desapareciendo porque su circulante va disminuyendo a causa de un trabajo realizado para la administración. Dicho trabajo no se cobra, pero la empresa en cuestión sí que ha de pagar el material empleado, el sueldo a los trabajadores que han realizado el trabajo, la seguridad social, el IVA y demás impuestos. Todo ello sin recibir ayuda alguna de las entidades bancarias que ven como dichas empresas presentan unos balances con unos altos ratios de impagos, por parte de las administraciones y por consiguiente un riesgo demasiado elevado como para poder prestarles dinero.

Por todo ello el decir "voy a bajar los impuestos" es una falacia, sino va a acompañado a posteriori con las siguientes frases:
- Voy a bajar los impuestos y para ello emitiremos más deuda que el ciudadano pagará mas adelante pero con intereses.
- Voy a bajar los impuestos a costa de los proveedores y acreedores que cobraran aun más tarde, y que nos da igual si tienen que despedir o cerrar sus empresas por culpa nuestra.
- Voy a bajar los impuestos y con ello también bajarán los servicios públicos, ya que como tendremos menos dinero no se podrán pagar.
- Voy a bajar los impuestos y con el fin de no tener que emitir más deuda, ni dejar de pagar a proveedores en tiempo y forma, ni dejar de prestar ciertos servicios públicos, despediremos a muchos interinos públicos ya que a los funcionarios no podemos.
- Voy a bajar los impuestos, pero no sé cuando, ya que tendremos que esperar a que se vuelvan a generar mas ingresos para las arcas públicas y exactamente no sabemos cuando ocurrirá. Ese sería el momento en el cual estaríamos fuera de la crisis.
Supongo que habrá más frases que podrían acompañar a la demagógica "Voy a bajar los impuestos".

Los liberales también abogamos por una bajada de impuestos, desde nuestro punto de vista la administración debería llevarse a su mínima expresión desde el punto de vista administrativo. Hay servicios esenciales como son la sanidad, la seguridad, la educación y el mantenimiento y limpieza de las infraestructuras públicas, que no se deberían reducir, en todo caso incrementar cuando sea posible, pero todo ello con una mínima burocracia y con la mayor eficiencia posible.

Todo eso es un proceso que lleva su tiempo y que es a medio y largo plazo. Lo principal en estos momentos sería el poder ir pagando a los proveedores locales, para que no tengan que cerrar empresas, ni tengan que despedir a más trabajadores. Al mismo tiempo se deberían ir optimizando las administraciones y servicios públicos, para que sean más eficientes y que con menos presupuesto puedan dar más servicio.

Todo ello sin tocar los impuestos, es decir, sin subirlos ni bajarlos. Al no destruirse empresas y no tener de cada vez mas parados, se estabilizaría la economía. Con una economía estable se vuelve poco a poco a una senda de crecimiento, ya que eso crea confianza en los pequeños y medianos empresarios que ven una oportunidad, y que el riesgo de montar un negocio de cada vez es menor con respecto a la expectativa de beneficio. En ese momento se volverían a incrementar los ingresos públicos, pero se debería de decir a los contribuyentes que de todo ese dinero que entra de más en las arcas publicas, se harían tres partes.
Una de ellas iría directamente a bajar los impuestos para el contribuyente, la segunda parte iría a incrementar los servicios públicos y la tercera parte a rebajar la deuda. Quizás la más importante de todas ellas sea la de rebajar la deuda, ya que eso nos daría los siguientes beneficios.


Beneficios de ir rebajando deuda.

A corto, medio y largo plazo tener que pagar menos intereses, con lo que al final hay más dinero en las arcas públicas y de esa manera se puede ir bajando impuestos, dar mayores servicios y volver a rebajar otra vez más deuda, volviendo a empezar en este proceso positivo.

A medio y largo plazo la imagen que daríamos sería la de una administración que enseguida que puede adelanta sus compromisos de pago, con lo que si volviéramos otra vez a pasar por una crisis, nosotros estaríamos en una situación mucho mejor que el resto, ya que los bancos querrían dejarnos dinero antes a nosotros que a otra administración ya que habríamos demostrado una capacidad de pago bastante por encima de la media. Esto nos daría posibilidad de poder volver a endeudarnos, no solo porque no estaríamos endeudados, sino porque nuestra credibilidad estaría por las nubes y eso al final es mas dinero con un interés mucho mas bajo, (véase el ejemplo de la deuda alemana con el resto de países).

Por todo ello, lo que queremos decir es que, decir solamente la frase "Voy a bajar los impuestos", es totalmente electoralista, sin que el ciudadano sepa que eso conlleva unas consecuencias, que pueden ser mucho peor que el mantener los impuestos actuales.

Evidentemente, ningún partido político en vísperas de elecciones dirá que va a subir los impuestos. Para los liberales esa decisión iría totalmente en contra de nuestros principios, ya que nuestra filosofía es rebajar los impuestos siempre que se pueda y poder seguir ofreciendo los servicios públicos imprescindibles y necesarios para la población. El incrementar la presión fiscal conllevaría que los ciudadanos y empresas tendrían menos dinero y, por consiguiente, la tan esperada recuperación económica tardaría mucho más en llegar.

El contribuyente no es tonto, quizás confiado con ciertos "cantos de sirena", pero se le deben explicar qué consecuencias pueden tener las imprudencias electoralistas, y dejar el poder de desición en manos del ciudadano. Si se omite toda o parte de dicha información, estamos privando a la población de uno de sus mayores derechos. El poder de decisión en libertad.


José Manuel Boza Navas,

candidato liberal a la alcaldía de Palma.

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