Ya han sido múltiples las ocasiones en las que hemos puesto de manifiesto que una política consistente en recortar allí donde no procede al tiempo que se suben los impuestos es asfixiante para el pueblo en tiempos de crisis. Estas medidas responden a directrices europeas que tienen una visión económica deshumanizada del problema que padecen los países del SUR de Europa, los que se caracterizan por una pesada y burocrática Administración que cede ante los intereses y las influencias de los más poderosos.
Hoy, la Huelga General no ha sido más que un toque de atención, una primera expresión seria del pueblo que todo buen gestor político debería saber escuchar. La Huelga es una válvula de escape para la presión.
La regulación de la Huelga democrática y conforme a Derecho es la única vía por la que el pueblo puede expresar, además de en las urnas, lo que quiere.
En el Proyecto Liberal hemos mantenido un prudente silencio hasta ahora, cuando ya podemos analizar los hechos, pues no podíamos decir que NO a una huelga que es necesaria por ser Justa y tampoco podemos estar de acuerdo con quienes aprovechan para, en realidad, manifestarse en contra de los recortes que les afectan a ellos mismos, se camuflan entre las pretensiones justas y piden más de lo mismo que nos ha traído hasta aquí. Esta tesitura aconseja esperar y no pronunciarse cuando no hay disposición de Gobierno todavía, pues favorecer intereses contrapuestos a lo que los liberales consideramos una situación óptima de buen gobierno sería funesto para nuestra propia credibilidad.
Sí rotundo, por tanto, a la Huelga General como expresión de un pueblo, No a los que solicitan que no haya recortes cuando estos recortes no eran necesarios ahora, sino desde hace ya lustros. No estamos a favor de los recortes en Educación y Sanidad porque son los pilares sobre los que se sustenta la calidad de vida, la formación íntegra de la persona y la esperanza con ella en el futuro de un pueblo culto, inteligente y formado.
Son éstas, áreas fundamentales para la credibilidad del sistema público, del propio Estado per se, que debe tener en consideración sin excusas a los más desfavorecidos y desvalidos siempre.
Al despropósito de los socialistas que no supieron gestionar el Estado económico y de los conservadores que pretenden acabar con la clase media para beneficiarse del Estado se suma ahora la tasa Judicial, ponerle precio a la Justicia y tratarlo todo de manera material, todo es dinero. Y el humanismo, entre tanto llega la solución a la crisis, brilla por su ausencia.
Las políticas dirigidas son todas ellas nefastas, sin duda no solo han justificado esta Huelga sino que servirán, y con razón, a todas las expresiones de angustia que van a seguir produciéndose desde el ámbito ciudadano, con el que siempre deberá estar próximo este partido político liberal que dijo desde su Constitución servir al pueblo y no a la banca ni a los intereses corporativos que sostienen la política del poder y el dinero sin tener en cuenta a las personas.
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