31/8/08

Sobre la utilización de la fuerza pública en Es Molinar.

Cuando el uso de la fuerza pública, el último recurso del sistema democrático, se hace necesario no suele conformar a nadie. Lo que sí queda en evidencia cuando se recurre a esta fuerza es que la gestión, la explicación y el convencimiento de la ciudadanía a través de la política han fracasado.
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El Ayuntamiento de Palma respalda esta intervención porque cada vez es más difícil convencer al ciudadano de algo. Han tenido que recurrir a los tics de autoritarismo, da igual si es de izquierdas o de derechas el político de turno, no deja de ser la única manera de hacer valer in extremis la legitimidad de las decisiones públicas.
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Cuando la Asociación de Hoteleros solicitó con argumentos que se trasladara este controvertido Centro a otro lugar no hubo inconveniente, ahora que quien lo pide es el pueblo, la barriada de Es Molinar, ya no hay argumentos políticos que valgan, se emplea la fuerza y se hace. Algo así pasó ya con Son Banya -nadie ha publicado estadísticas sobre si ahora se consume o se vende más o menos droga y dónde.
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Ahora está por ver cuál de las dos partes llevará razón, lo que sí nos dice la experiencia es que lo que se hace por la fuerza y sin previsión de lo que sucederá sociológicamente en el futuro suele acabar mal, es disfuncional. Quien ha ordenado la acometida contra los vecinos lo ha hecho convencido de que en ese futuro todo quedará diluido, como en otros barrios donde existen centros asistenciales de este tipo que no dan problemas, o por lo menos así lo dicen. Lo que no pasará al recuerdo para quienes han tenido que sufrirlo será que ha hecho falta una vez más la fuerza pública en democracia.
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Existen hoy más lugares de los que pensamos en España donde se sigue faltando a los Derechos Humanos en democracia, así lo dicen los informes de las Organizaciones Internacionales especializadas. La obtención de una renuncia, de la firma de un papel a través de la violencia allí donde no lo vemos, el empleo de la fuerza en definitiva no nos hace ser más respetables como políticos, sino democráticamente más débiles y cuando ésto ocurre es porque la clase política lo consiente ante su incapacidad de hacer las cosas de otra manera. Es aquí donde podemos, como partido liberal, recordar que el Molinar fue tiempo atrás imagen representativa de buena parte de Mallorca y que con este tipo de noticias no vamos a ninguna parte, ni se le hace un bien a nadie, seguramente ni siquiera a los que tengan que estar acogidos en un centro que ha nacido de la polémica en lugar del consenso.
Añadido el 3/09/08: Lo último publicado es que el Edil de bienestar social del Ayuntamiento de Palma resalta el carácter transitorio de la edificación y que sólo durará año y medio dedicada al albergue. Hasta un niño de primaria sabe que cuando un político emplea la palabra "con carácter transitorio" está imponiendo su criterio de manera justificada durante un plazo de tiempo que, a menudo y según su conveniencia, nunca llega a concretarse. El año y medio largo coincidirá con las próximas elecciones municipales, ya será pues el siguiente Concejal de turno el que gestione "la polémica" por decirlo fino. Es mucho mejor la palabrería política - en democracia la palabra es un valor que conduce al consenso- y pensar en el modelo de ciudad que queremos que no imponer algo por la fuerza y encima emplear estas justificaciones peregrinas.

1 comentario:

  1. Mucha palabrería, Sr. Fernández, y no da ni una solución aparte del recurso a la manida palabrita del "consenso".

    Muy "mágico" todo lo que trae el "consenso"...

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