La presente Legislatura se ha convertido en un regalo, en algo añadido para el PSOE teniendo en cuenta que la gesta ya estaba hecha. El profundo desequilibrio interno que generó la decisión de Felipe González de abandonar la primera línea política provocó que algunos integrantes de la vieja guardia asumieran el rol de llevar adelante al partido con pragmatismo, traducido para que se entienda dedicados al todo vale con negociación nacionalista incluida. El triunfo inesperado de la primera Legislatura del Sr. Zapatero corroboraba así las tesis de Rubalcaba y Chávez, pilares entre otros del actual Gobierno por su experiencia en la política. Precisamente en la política que hoy debe cambiarse profundamente. Por la parte que le corresponde al PP en la obsolescencia política qué decirles que no se conozca ya, el PP se está limitando a hacer una oposición de cartelitos estadísticos para que la gente vea con gráficas lo mal que lo hace el PSOE y cuánto crece el paro, en realidad el sistema de dependencia de terceros es el mismo para ambos, son dos torres que deben empezar a ceder espacio político a la renovación de otros partidos, a la juventud y el espíritu de una nueva manera de hacer política: fresca, con fuerza, humanista, cercana a la realidad y sin depredación de la propia sociedad a la que se sirve. La responsabilidad de los medios de comunicación en que este avance democrático sea posible va a ser determinante. De momento, los medios afines al gobierno y a la principal oposición todavía no son críticos; pero sí se observan movimientos hacia la objetividad y la imparcialidad. Si consiguiéramos dar ese paso en la política, España ganaría varias décadas en la regeneración democrática que tanto nos hace falta.
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