20/10/07

Nuestro punto inicial como liberales baleares y españoles.


Todas las Comunidades Autónomas españolas están integradas en la Monarquía española y pertenecen al Estado español que nace, como otros Estados-Nación, entorno al Siglo XVI. En tanto en cuanto el Estado se conceptúa como un "ente abstracto" de organización jurídico-política, la Nación evoluciona hacia la soberanía como una condición o marca de su existencia (moneda propia, derecho a legislar o hacer leyes, Justicia, impuestos, etc.) y la soberanía vuelve, finalmente, al pueblo, de tal forma que hoy el fundamento de nuestra Constitución Española es la soberanía popular y la representatividad en las Instituciones del pueblo con respeto a las leyes que son obligadas en su cumplimiento para todos, también para el Estado.

Hablar de independencia del Estado español en democracia, tal y como desean las minorías de minorías, también supone reconocer que las normas se han de cumplir sin violencia, porque sino estamos en otra cosa, en la dinámica de los grupos anti-sistema. Habrá que preguntarle a los separatistas hacia dónde va esta independencia en un mundo globalizado. Acabamos de actualizar el peso específico de España en la Unión Europea, un grupo de 27 unidos en un mundo globalizado nos dicen.

El Estado existe porque consigue soberanía externa e interna, porque consigue se le reconozca un tratamiento de igualdad respecto de otras naciones extranjeras, y en el interior, de todas las Comunidades Autonómas españolas entre sí.

En conclusión lo que cabe solicitar no es la independencia, sino la igualdad de derechos y de tratamiento de las obligaciones para todas las Comunidades Autónomas. El separatismo no trae consigo la libertad del hombre que se debe conseguir, la libertad individual y social como un símbolo de respeto a la independencia de las personas y no de los territorios, tal y como se ha consolidado en la Comunidad Valenciana y Galicia, donde también tienen su propia lengua, su propia identidad en armonía con la española.

En el Proyecto Liberal decimos que a la condición de balear ya le es inherente la de ser español y que, por lo tanto, no hace falta ser reiterativos en ello y así no dar lugar a marchamos españolistas.

Preservar la identidad propia de las Islas Baleares y la igualdad de esta Comunidad Autónoma con el resto es una labor política que ya se inició tiempo atrás cuando era un Reino, tal y como muestran los Capítulos otorgados por Alfonso V en Gaeta, a 17 de junio de 1439, VIII (Ordinacions de Mallorca). "... Item com lo present Regne de Mallorca sia apartat, hauent sas francheses especials, é en res en lo mon no sia formés al Principat de Cataluñya: ni a la observança de las llurs constitutions, ni vsatges. Mayorment com aquelles sien estades fetes en Corts particulars de Cataluñya: en las quals los habitadors del present Regne no acostumen a esser citats, ni son tinguts de anar..." Traducido: "...Siendo que el Reino de Mallorca tiene sus leyes especiales (francheses), por nada en el mundo quede sujeta al Principado de Cataluña: ni a la observación de sus constituciones y usos. Sobre todo cuando aquellas estén hechas en las Cortes particulares de Cataluña: en las cuales los habitantes del presente Reino no acostumbran a ser citados, ni obligados a ir...". Cfr. Textos para una Historia del Derecho Español (VVAA).

En definitiva, sólo existía entonces una remisión legal a los Usatges de Barcelona en materia penal. Esta lógica foral, ya antigua; pero no por ello desprovista del sentido común es un buen ejemplo del tratamiento y rango que deben recibir todas las Comunidades Autónomas españolas, iguales entre sí y respetadas sus diferencias, fuertes unidas en un mismo Estado. Del pasado es bueno rescatar los orígenes para entender el presente y no retroceder, avanzando cada vez más en los derechos y garantías democráticas que hoy brillan consolidadas en España.

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