Cuando los aparcamientos de la zona azul se vacían es el momento de la vuelta del trabajo a casa y del cierre de los comercios. Las Avenidas, Plaza de las Columnas, Plaza Fleming, Plaza Pedro Garau, Plaza del Olivar y tantos otros sitios que durante el día son céntricos se trasforman, aparece declarada la prostitución. Los pocos coches de la policía nacional se dirigen veloces y con sirenas en emergencia; los turismos y motos derrapan en las calles, aceleran y frenan saltándose cualquier límite de velocidad; la música a todo volúmen. Los jóvenes no dudan en caracterizarse de una manera agresiva, cintas tipo japo en la cabeza y pandillas de varios individuos en esquinas. Un panorama desolador que no es exclusivo de Palma, otras ciudades también lo padecen; pero para nosotros es una novedad al ver cómo se ha producido este cambio de manera acelerada en pocos años. Las aceras llenas de baches y unos cuantos se atreven a pasear el perro, del que no recogen los excrementos, claro está. A pesar de este panorama, no tiene por qué ser automático sufrir un delito, al fin y al cabo son lugares públicos todavía, lo peor está sucediendo a partir de esas horas donde no se ve y la droga hace sus estragos. Hay mucho trabajo político que hacer, esta situación es vergonzosa y está alcanzando unos límites de inoperancia por parte del Ayuntamiento temibles. Los políticos locales se han convertido en meros recaudadores de multas y aquí lo único que nos dicen es que este es un modelo de éxito social. ¿Y Ud. es de los que tampoco pasean ya por su ciudad? El modelo liberal de ciudad es un modelo que conjuga la libertad con el respeto, la seguridad con una idea viva de ciudad a cualquier hora.
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