Hoy hemos vivido en Mallorca y Menorca uno de los espectáculos más bochornosos que podemos contarles. La inactividad y la paralización de las Islas Baleares - a salvo Ibiza- ha sido total por un relámpago caído en la central eléctrica d´Es Murterar - cuando se averigüen las causas exactas del apagón se sabrá más acerca de lo ocurrido. Lo que ha fallado han sido los sistemas de emergencia nos dicen; pero no, hay algo más: la responsabilidad de los sucesivos gobiernos autonómicos que en lugar de dotar a las Islas Baleares de un sistema energético proporcionado, sostenible y adecuado al conjunto del sistema energético español, nos han creado una riqueza ficticia, sostenida por el turista y sin reinvertir el beneficio ni siquiera en infraestructuras imprescindibles. El turista, cuando está en crisis, deja de venir, pues suele permitirse unas vacaciones en proporción a sus posibilidades económicas, como pasará en 2009. La dependencia energética y la ausencia de mecanismos de emergencia crea estas paradojas, unas Islas aisladas por mar cuando hace mal tiempo y sin recursos energéticos asegurados cuando más se necesitan. Estos inconvenientes vienen a exasperar más todavía a la ciudadanía cuando estamos viviendo momentos de aguda crisis y los comercios y centros comerciales han visto perder un día ordinario por un relámpago. Un edificio suele estar protegido contra los relámpagos por pararrayos; pero la central eléctrica d´Es Murterar en Alcudia parece carecer de las más elementales protecciones. Los municipios más ricos de Europa no cuentan siquiera con alcantarillado y los centros públicos han aprovechado la excusa de falta de electricidad para no atender a la ciudadanía, incumpliendo su deber de justificar, al menos, la presencia de ciudadanos en sus dependencias para que la haga constar como justificante allí donde proceda, por la seguridad nos dirán, no funcionaba el detector de metales y no pueden entrar. Nuestro progreso depende de un hilo y si se rompe nos daremos cuenta de que no avanza adecuadamente, sobre todo porque la ficción material que lo sostiene no nos hace mejores personas, sino que ha paralizado todo atisbo de humanismo en nuestra sociedad actual. Por cierto, la inoperancia de que los servicios públicos no funcionen adecuadamente debido a la saturación que sufren y la falta de recursos es del gobierno autonómico actual, del gobernante, y no de un rayo.
Noticia sobre las inversiones realizadas en la central que se apaga con un rayo: http://www.libertadbalear.com/?p=94884
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